“Música de mierda” (Carl Wilson)
Considerado uno de los mejores ensayos estéticos sobre el gusto musical de la década, “Música de mierda” investiga el mal gusto y la sensiblería musical a partir de una contradicción: ¿por qué la persona que más discos vende es de la que más gente se ríe? Carl Wilson quiso hacer una investigación sobre el éxito de Céline Dion pero se descubrió escribiendo un ensayo maravilloso sobre el amor (a la música), el esnobismo como coraza y la capacidad de emoción en tiempos de cinismo. Incluye epílogo de Manolo Martínez y prólogo de Nick Hornby.
“Fuego eterno: la historia de Jerry Lee Lewis” (Nick Tosches)
La dramática y truculenta vida de Jerry Lee Lewis es una de las más legendarias de la historia de la música popular norteamericana. Considerada una de las mejores biografías jamás escritas, “Fuego eterno” (Hellfire) es un fascinante relato que bascula entre la ficción más oscura y desatada y una precisión documental quirúrgica, y que desde su publicación en 1982 no ha dejado de ser aclamado y reivindicado. Libro recomendado.
Varios artistas: “Cosmic American Music”
Gram Parsons llevaba mucho tiempo dándole vueltas al concepto “Cosmic American Music” cuando en 1968 coincide con The Byrds para darle forma a un nuevo proyecto: “Es básicamente un grupo de southern soul tocando música country y gospel con una steel guitar”, declaró a Melody Maker. Así nacieron los Flying Burrito Brothers. Numero Group recopila ahora en un doble vinilo el aroma esencial de ese concepto con un puñado de rarezas del mismo espacio/tiempo. Diecinueve canciones que oscilan entre el country rock, el rockabilly o el gospel, todo ello a través de exuberantes banjos, pedales, violines o steel guitar.
“Compassion” de Lust For Youth
Los daneses Lust For Youth han ido refinando su sonido con el paso de los años. Del lo-fi estilizado de sus primeros casetes al darkwave impoluto de “Growing Seeds” (2012) o el synth-pop en ya sus dos últimos trabajos en Sacred Bones. En “Compassion”, ese mismo synth-pop se acerca a ratos a la pista de baile para ofrecer una versión refinada y actualizada del sonido Factory, llegando en muchos momentos a recordarnos a los New Order de “Power, Corruption & Lies” o a los Depeche Mode de “A Broken Frame”.