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Swans: “The Glowing Man”

Glowing Man

Se hace difícil recordar a una banda que haya roto tantas normas no establecidas del rock. Con casi tantas transformaciones como discos, Michael Gira ha sobrevivido a cada una de ellas, mutando su espacio vital hacia terrenos indescifrables unas veces y dolorosos otras. Desde 1982, Swans han machacado el post-punk, han abrazado el drone, la música industrial o el rock de vanguardia al ritmo que Gira ha marcado. Ahora, tras dos apabullantes discos (“The Seer” y “To Be Kind”), “The Glowing Man” cierra lo que vendría a ser una trilogía a lo Lars Von Trier: sufrimiento, dolor y tortura. Después de este disco, Swans no serán lo mismo. Palabra de Gira.

 

Radiohead: “A Moon Shaped Pool”

radiohead

Tras una intensa campaña de una sola semana en redes sociales e internet que generó el ruido buscado y su impecable e inolvidable paso por el pasado Primavera Sound, Radiohead publican al fin su noveno disco de estudio. Ocho de las once canciones de “A Moon Shaped Pool” habían sido ya tocadas en directo anteriormente, con lo cual parte del factor sorpresa había desaparecido. Por otro lado, la singularidad musical de la banda sigue inalterable: melodías serpenteantes, avant-rock, acercamientos al folk y muchos pianos. Un gran disco.

 

Marissa Nadler: “Strangers”

marissa

Al acercarse al universo de Marissa Nadler uno tiene la sensación de que se trata de alguien venido de otra época, quizás una persona que viajó en el tiempo desde el medievo, puede que un personaje oscuro salido de una granja abandonada de la primera temporada de True Detective. El caso es que la norteamericana sigue sacando discos folkies con ese aire gótico tan característico que solo ella reproduce tan bien. Poco ha cambiado desde “Ballads of Living and Dying” (2004), si acaso la sensación de que las canciones de Marissa Nadler son cada vez mejores.

 

Beth Orton: “Kidsticks”

Kidsticks

Escrito y producido en Los Ángeles junto a Andrew Hung de Fuck Buttons, “Kidsticks” es el séptimo disco de estudio en veinte años de Beth Orton. Muy lejos queda ya aquel “Trailer Park” (Heavenly, 1996), casi igual de lejos que sus colaboraciones con Chemical Brothers, que a la postre le dieron la fama necesaria para el llegar al gran público. En “Kidsticks” la cantante inglesa se rinde al pop de más alto nivel en el que es su mejor disco en 10 años.